miércoles, 27 de noviembre de 2013

La meseta.


Muchos de ustedes saben lo que significa la palabra 'meseta'.

Es una zona del terreno, por lo general bastante horizontal y extensa, con poca variación, cuyos bordes limitan con pendientes hacia abajo o hacia arriba.

En una gráfica lineal, una meseta sería que luego de un aumento en la altura de la curva, esta se mantiene sin subir ni bajar por un tiempo apreciable.

Pero últimamente  la oigo referida a las vidas que no cambian.

"Estoy como en una meseta" es la expresión que por el Río de la plata y supongo que otros lugares se dice.

Es algo que nos ocurre a muchos.

Permanecemos en nuestra "zona de confort", sabemos que podríamos estar mejor, pero ello requiere esfuerzo y 'no estamos tan mal' es decir resulta más cómodo, y menos incierto permanecer tal cual se está.

Pero todo tiene su precio.

Permanecer en la meseta se paga con aburrimiento a causa de la rutina, deterioro de las relaciones familiares y posiblemente sociales, y reducción de la motivación para cumplir con las tareas cotidianas.

Yo estaba muy tranquilo en mi meseta, hasta de pronto un par de acontecimientos derrumbaron el terreno que transitaba bajo mis pies.

Resultado, una mezcla de sentimientos que pueden resumirse en las palabras desconcierto,desorientación y duelo.

Una irregularidad oculta bajo la aparente horizontalidad.

Parte de la meseta estaba apenas sostenida por una burbuja de aire construida por mi imaginación alrededor de algo que esperaba con todo mi ser que fuera real, pero la realidad, el terreno firme estaba varios metros abajo.

Esas cosas que uno construye con la imaginación alejándose de la realidad.

Entonces, mi consejo es tener cuidado con las falsas realidades que nos construimos, hay que pisar con firmeza y tratar de alejarnos de la zona de comodidad.

La vida se vuelve más interesante , a veces más dura, a veces más rica, pero siempre más interesante si se abandona la meseta.