"Everyone is a moon, and has a dark side which he never shows to anybody.”― Mark Twain
A veces es necesario entrar en la zona oscura, para conocer en profundidad nuestra personalidad.
La cara iluminada, es la que los otros y nosotros mismos vemos todo el tiempo.
Son las virtudes y defectos que forman nuestra persona en la mente consciente propia y de los demás.
La zona oscura, tendencias, manías, miedos, sobre todo miedos, deseos, nostalgias, frustraciones
todo lo que quisieramos hacer pero por mandato de la sociedad y de nuestra consciencia, por la
deducción de sus posibles consecuencias no hacemos, o no decimos , pero si nuestro albedrío fuera
totalmente libre quizás las haríamos.
La persona que conoce su zona oscura sabe con qué está lidiando a la hora de tomar decisiones.
Es más sabia, más precavida y más dueña de si misma.
Aquellos que no, viven la vida semiconscientemente, buscando justificaciones a sus errores, buscando a veces culpables de sus desdichas, actuando a menudo por impulsos y hasta a veces sintiendo que están
en todo su derecho por actuar así.
Es un gran esfuerzo entrar en contacto con esa zona. Si lo intentamos, podemos sentir miedo, podemos sentir dolor, y podemos llegar a conclusiones que preferimos con toda el alma negar o no ver.
Si lo intentamos con ahinco y valentía, con ganas de apoderarse de uno mismo, podremos adentrarnos en caminos desgastantes, estresantes, con pisos movedizos y muchas ganas de abandonar, pero la recompensa vale la pena.
Una amiga y un terapeuta me han hecho llegar a estas conclusiones que realmente son aplicables a cualquiera que tenga ganas de salir de su zona de comodidad, abandonar la "vaca flaca" de la mediocridad y la pereza, y arriesgarse para volver a brillar.
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